Es
conocido por todos los profesionales del deporte la necesidad de realizar un
acercamiento multidisciplinar con el objetivo de conseguir un análisis más
profundo y exhaustivo de nuestra profesión. Desde hace décadas, se ha
reconocido la importancia de las cuestiones psicológicas en el deporte,
destacando su influencia decisiva en el funcionamiento general de los
deportistas y, más en concreto, en su rendimiento deportivo.
Son
numerosos los estudios que han mostrado que la práctica mental es una técnica
efectiva que mejora el rendimiento de las habilidades motoras (Driskell, Cooper
y Moran, 1994), sin embargo el efecto de la práctica mental en la fuerza
muscular ha recibido menos atención.
Uno
de los primeros trabajos realizados en este ámbito, fue la investigación
realizada por Yue y Cole en 1992. Estos autores compararon el incremento de
fuerza en el músculo abductor del quinto dedo en dos grupos (grupo de práctica
mental y grupo de práctica física) después de 4 semanas de entrenamiento.
Encontraron un aumento de la fuerza muscular en ambos grupos al compararlos con
el grupo control. Concretamente, se observó un aumento del 30% en el grupo de
práctica física y un 22% en el grupo de práctica mental.
Posteriormente,
Herbert, Dean y Gandevia realizaron en 1998 un estudio con el objetivo de
replicar los resultados obtenidos en la investigación de Yue y Cole, y en el
que no encontraron diferencias significativas en el incremento de la fuerza de
los músculos flexores del codo entre el grupo control y el grupo de práctica
mental tras 8 semanas de entrenamiento.
En
opinión de Ranganathan, Siemionow, Liu, Sahgal y Yue, 2004, los diferentes resultados obtenidos en los anteriores
estudios pueden deberse a diversos factores. En primer lugar, la utilización del
abductor del quinto dedo (músculo distal) y los flexores del codo (músculos
proximales) difieren en el tamaño de representación cortical. En segundo lugar,
los músculos flexores del codo son frecuentemente usados durante las
actividades diarias, por lo que tienen un menor rango de mejora de la fuerza
mediante adaptaciones neurales. Finalmente, cabe la posibilidad que las
instrucciones dadas a los sujetos para la ejecución de la práctica mental en el
trabajo de Herbert, Dean y Gandevia fueran encaminadas a la realización de un
entrenamiento en imaginación externa, siendo éste menos efectivo para el
incremento de la fuerza muscular. Estos mismos autores realizaron un estudio
con el objetivo de observar los efectos del entrenamiento mental usando
imaginación interna mediante un proceso que llamaron visualization-guided brain
activation (VGBA). Tras 12 semanas de entrenamiento comprobaron que se había
producido un incremento de la fuerza en el músculo abductor del quinto dedo del
35% con respecto al grupo control, y de un 13,5% en los músculos de los flexores
del codo, aunque este aumento no fue estadísticamente significativo en relación
al grupo control.
Otros
estudio también han comprobado que se produce un incremento de la fuerza
muscular debido a la práctica mental (Cupal y Brewer, 2001; Smith, Collins y
Holmes, 2003). Especialmente relevante es el estudio realizado por Sideway y
Trzaska en 2005. Estos investigadores observaron los efectos de la práctica
mental en los músculos dorsoflexores del tobillo, musculatura muy importante
durante la marcha. Encontraron un incremento del 17,13% en la fuerza de estos
músculos tras un entrenamiento de 4 semanas, siendo los resultados
estadísticamente significativos en comparación con el grupo control.
Finalmente, Shackell y Standing, en 2007,
también observaron un incremento de la fuerza del 23,7% en los músculos
flexores de la cadera tras 2 semanas de entrenamiento con práctica mental
siguiendo el procedimiento de Ranganathan, Siemionow, Liu, Sahgal y Yue, 2004.
En
algunos de los estudios anteriormente citados se realizó un registro
electromiográfico con el objetivo de profundizar en los mecanismos a través de
los cuales se produce el incremento de la fuerza muscular mediante la práctica
mental. Mientras que los resultados obtenidos en la investigación realizada por
Yue y Cole en 1992 no fueron concluyenyes, Smith, Collins y Holmes en 2003
encontraron una elicitación de la actividad electromiográfica durante la
práctica mental, aunque la relación de la magnitud del EMG y el incremento de
la fuerza muscular no fue estadísticamente significativa. En sintonía con estos
estudios, Ranganathan, Siemionow, Liu, Sahgal y Yue en 2004, tampoco
encontraron un aumento significativo de la actividad electromiográfica. Sin
embargo, Guillot, Lebon, Roffet, Champely, Doyon y Collet, en 2007, realizaron
un estudio en el que se instruyó a los sujetos ejecutando una práctica mental
con diferentes tipos de contracción muscular. Observaron un incremento de la
actividad electromiográfica en 9 músculos del brazo dominante y, a demás, los
cambios en dicha actividad eran selectivos en función del tipo de contracción
imaginada, siendo estos cambios similares a los observados durante una práctica
física real. Es decir, la actividad electromiográfica era mayor durante la imaginación
de una contracción concéntrica máxima en comparación con la imaginación de una
contracción concéntrica leve, y se observó un descenso de dicha actividad
durante la imaginación de una contracción excéntrica en comparación con la
imaginación de una contracción concéntrica.
Ahora
podríamos hablar de las importantes implicaciones que la práctica mental tiene
en el proceso de recuperación de una lesión………………pero eso lo dejaremos para más
adelante.
Molt útil per als que practiquem l'escalada esportiva, on la implicació i el control mental és major que la implicació física, al igual que el ioga. Baix el meu punt de vista, crec que la visualització i entrenament mental no milloren la força muscular (o qualsevol altra qualitat física) de manera directa, però si que dona seguritat i confiança a l'hora de realitzar l'acció, cosa que fará que físicament i més concretament, muscularment, estigues més activat/da, atent/a i motivat/da al recorregut i realització de l'acció. Ara falta practicar...
ResponderEliminarHola, por casualidad tienes los estudios en formato PDF?
ResponderEliminarespecificamente los de:
Sideway y Trzaska en 2005
Shackell y Standing, en 2007
Hola Felipe,
EliminarEl de Shackell sí que lo tengo en pdf. El de Sideway no. Escríbeme a pablogomez@i3sport.es y te lo mando.
Un saludo,
pablo